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El collar de Michelle Obama, con la leyenda ‘VOTE’, lanza a la fama a su diseñadora

Michelle Obama wears a necklace that spells out the word vote during her speech to the Democratic National Convention.
La ex primera dama Michelle Obama usó una joya diseñada por Chari Cuthbert durante su discurso ante la Convención Nacional Demócrata, el lunes 17 de agosto de 2020.
(Democratic National Convention via AP Photo)

Durante una entrevista, el martes por la tarde, el fondo de Zoom de Chari Cuthbert era un lienzo en blanco para sus joyas. Ella estaba sentada en un sofá beige, entre dos estampados de color crema en una pared blanca. En capas sobre su vestido pálido había al menos dos juegos de aros, un solitario, un collar, cinco pulseras y dos puñados de anillos. Así se había despertado. “Cómo me ven es cómo me voy a la cama”, comentó. “Me ducho así, me ejercito así, voy a pilates así, camino así, y me desperté así”.

Sin embargo, no se despertó el lunes por la mañana sabiendo que Michelle Obama usaría su collar VOTE para hablar en la Convención Nacional Demócrata (DNC, por sus siglas en inglés) esa misma noche. No se despertó sabiendo que su línea de joyas, BYCHARI, vendería 4.000 piezas (a $295 dólares cada una) en dos días cuando, en una jornada normal, su equipo de siete mujeres recibe alrededor de 200 pedidos.

“Lo mejor que puedo decir es: esto es todo por lo que hemos trabajado”, declaró Cuthbert a The Times al día siguiente. “Es todo por lo que hemos trabajado y sucedió en un día, en 24 horas”.

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Cuando la estilista de toda la vida de Obama, Meredith Koop, le habló a Cuthbert sobre el collar, ella no tenía idea de que la exprimera dama lo usaría durante su discurso en la DNC. Cuthbert ni siquiera estaba segura de que los aros que llevaba Obama también fueran obra suya, hasta que Koop lo confirmó.

Pero, por supuesto, ella estaba viendo ese discurso. Se había quedado hasta tarde en la oficina de la tienda, en el centro de Los Ángeles, porque no quería arriesgarse a perdérselo en el camino a casa. Una vez que esas cuatro letras doradas aparecieron en la pantalla, los mensajes comenzaron a llegar. Un flujo constante de mensajes de texto, mensajes directos, llamadas y acciones sorprendieron a Cuthbert, tanto que volvió a ver el discurso para asegurarse de no perderse nada.

Ella se sentó en su escritorio, relató, y lloró durante cinco minutos, en un momento que considero como “abrumador de la mejor manera posible”. “Michelle Obama es el Santo Grial”, expresó Cuthbert. “Ella es la reina. Ella es la mujer a ser. Ella es la mujer a la que hay que escuchar”.

Mientras la diseñadora permanecía en esa burbuja en su escritorio, con sus amigos y familiares intentando contactarla, ni siquiera pensó en mirar el sitio web de la tienda, o sus ventas. Poco después, una amiga de Jamaica, donde Cuthbert se crió, la contactó. “Estás incendiando Twitter”, le dijo en un mensaje. “¿Tienes uno para mí?”.

El collar estaba, de hecho, en todo Twitter, en todo internet. Encabezaba las búsquedas de tendencias de Google en la última hora de la convención. Al día siguiente, comenzaron a llegar las llamadas telefónicas de la prensa.

“Me decían: ‘La gente quiere hablar contigo’”, comentó Cuthbert. “¿Conmigo? ¿Qué he hecho? Yo no me he puesto el collar”.

Cuthbert decidió dejar un día para hablar con los reporteros. Luego, abordaría la creciente pila de pedidos.

“Todo esto es genial: entrevistas y llamadas telefónicas, y yo luciendo bonita”, dijo el martes por la tarde. “Después voy a estar en pantalones de chándal trabajando hasta probablemente la medianoche de mañana. Estaré en las trincheras con las chicas”.

El collar que ahora se hizo viral, en realidad existe desde hace cuatro años. Cuthbert deletreó VOTE en un collar de letras espaciadas por primera vez durante las elecciones presidenciales de 2016. Y lo volvió a hacer para las intermedias, de 2018. Esta vez, decidió compartirlo en las redes sociales.

“Rara vez utilizo las redes sociales con un mensaje o mi voz personal”, dijo. “Y pensé que era tan importante, especialmente en ese momento; se trataba de los derechos de las mujeres. Así que decidí: ‘¿Por qué no usar mi plataforma?’”

Según Cuthbert, sus diseños nunca se han centrado en la última tendencia. Más bien, su objetivo es contar historias (a veces literalmente, en el caso del collar de letras espaciadas). El collar VOTE en sí mismo comenzó como una forma sutil y hermosa de difundir un mensaje.

“Se hacen camisetas y gorras, pero ¿quién había hecho un collar?”, se preguntó. “Y me pareció una manera realmente hermosa, y también es un lindo regalo para alguien, alentarlos a usar su plataforma, a expresarse”.

Ahora, espera tener un impacto generalizado en la comunidad. Pero ciertamente no siempre ha sido así.

Nacida en EE.UU de padres jamaicanos, la diseñadora creció en Jamaica, se mudó a Miami y asistió al Art Institute of Fort Lauderdale durante tres años. Después viajó entre Las Vegas y Los Ángeles, y luego se mudó a Hawái sin pensarlo demasiado, donde fotografió bodas durante un año antes de lanzar su línea de joyería en 2012.

Dijo que importar materiales al estado insular resultaba muy costoso, por lo cual hace cuatro años hizo “un gran salto, de regreso a Los Ángeles”. Y ha estado aquí desde entonces.

El negocio creció lenta y constantemente al principio, con la ayuda de Rocky Barnes, una modelo y amiga de Cuthbert que etiqueta regularmente la marca en Instagram. En 2016, Barnes publicó una selfie mostrando un collar personalizado con su nombre, “ROCKY”.

Cuthbert se inspira en las mujeres que la rodean, tanto que muchas de las piezas llevan sus nombres. Los nuevos aros Serinda “esenciales para el día a día”, por ejemplo, son un homenaje a su amiga Serinda Swan. Ella es, en palabras de la diseñadora, una “mujer clásica”.

Cuthbert también se presenta como clásica. De muchas maneras, evoca a Michelle Obama: elige sus palabras con cuidado, llena de aplomo y gracia. Tropezó un par de veces haciendo rondas con la prensa, dijo, pero se sintió bien por eso. Ella transmite un silencioso orgullo.

“La línea de joyería es una extensión de lo que soy”, manifestó. “Es simple, sexy y atemporal”.

Cuthbert dice que no se trata de ella, sino de cómo las joyas hacen sentir al usuario. Se trata de “generaciones de mujeres disfrutando de una cosa sencilla”. Las mujeres en su vida, comentó, desde las amigas de su mamá hasta sus sobrinas pequeñas, usan sus joyas.

Es algo que la creadora imagina que las madres transmiten a sus hijas, así como su madre le dio el anillo de oro para el meñique, que agita frente a la cámara. Su objetivo es crear piezas cotidianas que evoquen lo femenino.

“No se debe necesariamente al aspecto del diseño”, reflexionó Cuthbert. “A veces se trata más de un sentimiento y un momento, de cómo debe quedar algo en tu cuello y cómo deben verse los aretes durante el verano con tu cabello recogido”.

Antes del inesperado momento de Michelle Obama, la marca había planeado regalar joyas a amigas y celebridades para ayudar a correr la voz. Y, cuando esta cresta de pedidos se estabilice, ese seguirá siendo el plan. BYCHARI también planea continuar donando a organizaciones como Elizabeth House, GirlTrek y Girl Code. Y proyecta seguir creciendo.

“Este es un momento atemporal. Quiero decir, ¿cuándo me va a ocurrir esto de nuevo?”, observó Cuthbert. “Todo el mundo dice que es cuesta abajo a partir de ahora. Yo creo que no. Solo podemos subir desde aquí”.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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