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Funcionarios de agua del sur de California declaran alerta de suministro debido a la sequía

An aerial view of drought's effect at Hemenway Harbor
Una vista aérea del efecto de la sequía en el puerto de Hemenway en el lago Mead, que se encuentra en su nivel más bajo en la historia.
(Allen J. Schaben / Los Angeles Times)

Solo un día después de que los funcionarios estadounidenses declararan la primera escasez de agua en el río Colorado, el Distrito Metropolitano de Agua del Sur de California (MWD por sus siglas en inglés) emitió una alerta de suministro de agua, pidiendo a la región que conservara los recursos vitales y se preparara para una sequía prolongada.

El MWD suministra el líquido a aproximadamente 19 millones de personas en seis condados del sur de California y es uno de los distribuidores de agua más grandes del país. La decisión de su junta el martes es la primera vez en siete años que la agencia emite una alerta oficial de suministro, la tercera de cuatro fases en aumento en su marco de abastecimiento de agua.

La declaración marca un llamado para que las agencias regionales y los consumidores reduzcan voluntariamente su consumo de agua para mitigar la necesidad de restricciones más severas.

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Cincuenta de los 58 condados de la entidad se encuentran ahora bajo un estado de emergencia por sequía, principalmente en el centro y norte de California. Los funcionarios esperaban que el sur de la entidad no fuera objeto de una acción tan drástica, con el MWD asegurando a los residentes que la región tiene suficiente suministro en reservas para lo que resta del año.

Pero después de meses de olas de calor impulsadas por el cambio climático y un invierno de precipitaciones críticamente bajas, los embalses en el oeste se están reduciendo a un ritmo preocupante y los funcionarios están cada vez más consternados por la disminución de dichos recursos.

“Las condiciones de sequía están empeorando, los niveles de los embalses en nuestros dos suministros de agua importados, el río Colorado y el Proyecto Hidráulico del Estado, están alcanzando niveles históricamente bajos”, señaló la portavoz de MWD, Rebecca Kimitch. “Y no sabemos cuánto durarán estas circunstancias”.

En los últimos meses, el embalse más grande del río Colorado, el lago Mead, ha entrado en crisis.

Los niveles de agua en el embalse rondaban los 1.068 pies el martes, o alrededor del 35% de la capacidad, según la Oficina de Recuperación de Tierras. El embalse se considera un salvavidas de agua para unas 25 millones de personas en el oeste.

El gerente general de MWD, Adel Hagekhalil, comentó que la decisión federal de declarar la escasez del río Colorado fue una “llamada de atención” de que se necesita una respuesta más fuerte en medio de la sequía en curso.

“El río Colorado nos está enviando un mensaje claro: conservar, reutilizar y reciclar”, indicó Hagekhalil en un comunicado. “Este anuncio de escasez lleva al río a una nueva era y refuerza la necesidad de que los californianos del sur utilicen menos agua para preservar este suministro crítico”.

A la otra fuente de agua del MWD, el Proyecto Hidráulico del Estado, no le está yendo mucho mejor.

El sistema de almacenamiento y entrega de 705 millas recolecta agua de ríos, así como afluentes, para redistribuirla por toda la entidad. Uno de sus embalses más grandes, el lago Oroville, ha experimentado una caída tan abrupta en el nivel del agua que los funcionarios estatales tuvieron que desconectar su principal central hidroeléctrica por primera vez.

El Proyecto Hidráulico del Estado ya ha reducido la asignación de agua de MWD al 5%, indicaron las autoridades. El próximo año, esa asignación podría reducirse a cero.

“Deberíamos estar preocupados por eso”, explicó Kimitch sobre tal posibilidad. “Es otra indicación de cuán severas son estas condiciones de sequía. Incluso cuando vuelvan las lluvias, será más difícil reconstruir nuestras reservas porque las montañas están muy secas. Todo lo que hagamos ahora para ahorrar agua nos ayudará a superar una asignación baja del Proyecto Hidráulico del Estado el próximo año”.

Muchos de los que estudian los recursos hídricos y la sequía puntualizaron que las acciones de esta semana eran inevitables.

“Esto no es una sorpresa en absoluto”, señaló Glen MacDonald, profesor distinguido de UCLA de California. “De alguna manera, es un crédito para la Oficina de Recuperación de Tierras que hayan administrado tan bien el sistema de embalses en el río Colorado para evitar esto hasta ahora. Pero, sinceramente, es inevitable”.

MacDonald subrayó que la cuenca del río Colorado ha demostrado ser incluso más vulnerable al cambio climático de lo que los científicos pensaban anteriormente. Las tasas de evaporación son muy sensibles al aumento de las temperaturas, enfatizó, e incluso si las precipitaciones regresaran, probablemente no serían suficientes para mantenerse al día con la pérdida de agua.

Esto es preocupante para los californianos promedio, que una vez más enfrentan el potencial de restricciones y césped muerto, pero aún más para el suministro de alimentos de la nación, que depende en gran medida de las tierras agrícolas del estado para sus provisiones, indicó MacDonald.

Los agricultores ya están teniendo que dejar los campos sin labrar y hacerle frente a una importante escasez de agua. Los reguladores estatales del líquido emitieron este mes una orden de emergencia que prohíbe a miles de agricultores usar agua de arroyos y ríos.

MacDonald insistió en que la “sequía perfecta”, como una “tormenta perfecta”, es una en la que tanto la cuenca del río Colorado como los suministros internos de agua de California se ven afectados.

“Estamos viviendo en la perfecta sequía, ahora mismo”, lamentó. “Es terrible, pero lo hemos visto venir”.

Algunos miembros de la comunidad pidieron el martes a la junta que se activara aún más rápido.

“Deberíamos estar planificando para el día más seco”, expresó Conner Everts, de Southern California Watershed Alliance, durante la reunión de la junta. “Hasta que no haga la conservación obligatoria y dé ese paso adelante, no veremos los resultados que hemos visto en el pasado. Y los necesitamos ahora más que nunca”.

Si el MWD pasa al cuarto y último nivel de su marco sobre la asignación de suministro de agua, la agencia aún no podría imponer restricciones a los clientes, aclararon las autoridades.

En virtud de una asignación, el MWD establece cantidades reducidas de agua que se proporcionarán a sus 26 agencias miembros. Estas pueden recibir agua más allá de estas proporciones limitadas, pero deben pagar tarifas más altas por ella.

Algunas áreas del sur de California ya han visto implementadas restricciones de agua, y la ciudad de Glendale aprobó la semana pasada una ordenanza que limita el riego al aire libre a tres días a la semana e implementa un cargo por sequía.

Otras ciudades, como Los Ángeles y Pasadena, nunca suprimieron esas restricciones de años secos anteriores.

El MWD emitió por última vez una alerta de suministro de agua en 2014, antes de pasar a una fase aún más restrictiva en 2015, comentaron las autoridades. Se redujo a fases inferiores en medio de los años más húmedos de 2016 y 2017.

Demetri Polyzos, gerente de planificación de recursos hídricos de la agencia, comparó el sistema por niveles como la versión del distrito de agua del sistema DEFCON utilizado por el ejército de Estados Unidos.

El nivel de referencia es la eficiencia en el uso del agua, seguido de una vigilancia del suministro, que permite el uso de reservas de almacenamiento regionales, y luego una alerta de abastecimiento, que permite medidas más amplias.

“El último nivel, que evitamos a toda costa, va a ser una dotación limitada”, explicó Polyzos.

El gerente de planificación de recursos hídricos señaló que pasar a una alerta “ayuda a enviar un mensaje coherente de que ‘esto es serio’”.

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