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Las redadas y deportaciones tendrán un costo político para los demócratas, afirman analistas

Las redadas contra la comunidad centroamericana tendrá un costo político para el partido demócrata en las elecciones presidenciales a realizarse en noviembre, consideran expertos.

Salvador ‘Chamba’ Sánchez, profesor de Ciencias Políticas del Colegio Comunitario de Los Ángeles, señaló que los demócratas tendrán cuesta arriba argumentar entre los latinos la importancia de votar por ese partido, porque cree que la retórica será derribada con la realidad.

“Obama está en la calle con nuestra comunidad y republicanos como Marco Rubio y Jeb Bush, quienes tienen esperanza de ganar el voto latino, están tomando nota. Será ridículo pedirle el voto a los hispanos cuando están deportando a nuestra gente”, observó el politólogo.

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En ese sentido, agrega el analista que las organizaciones pro-inmigrantes tienen un reto grande por delante. “Los congresistas hablan del diente para afuera y el liderazgo no presiona lo suficiente, porque a veces son utilizados por el partido demócrata”, cuestionó Sánchez.

Las redadas se produjeron después de que el Washington Post informara en la víspera de la Nochebuena sobre el presunto plan del ICE, que estaría enfocado en familias centroamericanas con órdenes de deportación a partir de enero del 2014.

El secretario del Depoartamento de Seguridad Nacional, Jeh Johnson anunció el lunes que las autoridades federales de inmigración detuvieron a 121 adultos y niños en redadas en fin de semana de Año Nuevo como parte de una operación a nivel nacional para deportar a una nueva ola de inmigrantes indocumentados.

Muchos inmigrantes de varias partes del país llamaron el sábado a los dos número gratuitos instalados por activistas, pidiendo asesoría legal e información sobre cómo protegerse. Uno de los teléfonos llegó a recibir entre cuatro y cinco llamadas por hora.

Debido al inicio de la campaña en la que está en juego definir al nuevo inquilino de la Casa Blanca, a juicio de Luis Alvarado, estratega político republicano, las redadas realizadas en Georgia, Texas y Carolina del Norte es la forma elegida por Obama para enviar un mensaje a las bases demócratas asentadas en estados de mayoría blanca, que quieren detener el crecimiento latino.

“Le tienen miedo a los anglosajones que exigen un alto a los cambios demográficos, por eso no pueden hacerse aliados 100% de las comunidades latinas; los republicanos, en cambio, lo que harán es señalar que los demócratas siguen siendo hipócritas con la población hispana”, advirtió.

De igual forma, Alvarado reconoce que el gobierno federal está abordando este caso con pinzas, porque entre los inmigrantes latinos la mayoría son mexicanos y el impacto fuera mayor si los deportados fueran originarios de la nación vecina.

La administración de Barack Obama, desde el 2009, en vez de cumplir la promesa de una reforma migratoria ha establecido una cifra récord de deportaciones, separando a más de 2 millones de familias, golpe que ahora sufren migrantes de Guatemala, El Salvador y Honduras.

Según el Censo del 2010, en Estados Unidos viven 3.3 millones de salvadoreños, guatemaltecos y hondureños, comunidades afectadas con las recientes redadas. Sin embargo, la comunidad mexicana asciende a 31.7 millones de personas, es decir el 63% de los 50.4 millones de latinos.

“No puedes tirar la piedra con la mano derecha y denunciar con la mano izquierda, al final usan a la comunidad cuando les conviene”, criticó el estratega republicano.

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